En octubre, la UNAM será sede del Congreso Internacional sobre Etnografía Cuantitativa

Desde hace algunos años, las tecnologías computacionales son aprovechadas por la ciencia para optimizar sus procesos, especialmente aquellos basados en metodologías cuantitativas. Sin embargo, las Ciencias Sociales, al adaptarse mejor a las metodologías cualitativas, no se han beneficiado completamente de las ventajas de procesamiento que ofrecen las herramientas digitales.
El doctor David Williamson Shaffer, del Departamento de Psicología Educativa de la Universidad de Wisconsin-Madison, autor del libro Quantitative Ethnography, sostiene que es posible adaptar ambas metodologías de investigación para analizar datos a gran escala a través de lo que él llama “Análisis Epistémico de Redes” (ENA, por sus siglas en inglés).
Para presentar esta metodología a la comunidad académica de la UNAM, la DGTIC y el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) invitaron a Shaffer, junto con la doctora Guadalupe Carmona de la Universidad de Texas, a ofrecer la conferencia magistral “Quantitative Ethnography: Human Science in the Age of Big [D]ata”; además de un taller introductorio al tema.
Durante la bienvenida, el titular de la DGTIC, el doctor Héctor Benítez Pérez, reconoció los esfuerzos hechos en las áreas de humanidades para desarrollar estudios basados en datos que provienen de fuentes de información muy diversas, además de darles sentido y una comprensión metodológica.
Por su parte, la titular del IIS, la doctora Marcela Amaro Rosales, explicó que el trabajo de Shaffer “se centra en el análisis de redes epistémicas, una herramienta para modelar el pensamiento complejo y colaborativo dentro del marco de la etnografía cuantitativa, la cual busca modelar cómo los humanos le dan significado a los eventos del mundo utilizando conjuntos de datos”.
El doctor Shaffer parte de la premisa de que todas las ciencias, sin importar si son formales, naturales o sociales, llevan a cabo un proceso similar. “Existe cierta actividad, hacemos algunas observaciones de eso, transformamos esas observaciones en datos, codificamos esos datos en variables y elaboramos un modelo, y de ese modelo hacemos una afirmación”, describió.
Durante ese proceso se pierde información, entre la que debemos distinguir la señal del ruido, “y lo que queremos hacer para entender algo es, básicamente, reducir el ruido para ver la señal más claramente”.
En el caso de la actividad humana, objeto de estudio de las ciencias sociales, es necesario considerar que siempre existen aspectos culturales. “Los mismos eventos pueden significar cosas diferentes para gente distinta en distintos lugares”, señaló, “y para darle sentido a la cultura, tenemos que entender cómo esas cosas están relacionadas entre sí”.
Aunque ya existen algunas formas de establecer conexiones entre estos códigos desde la perspectiva cualitativa, e incluso desde un enfoque cuantitativo, la metodología de Shaffer propone un acercamiento diferente.
En el análisis de una conversación o entrevista, por ejemplo, “lo que vamos a buscar para cada línea de información es algo llamado terreno común”, señaló. “Y si tomamos todas las líneas de información codificada y las sumamos, podemos obtener una red que representa lo que una persona piensa y dice sobre cierta situación”.
La etnografía cuantitativa, surgida con el libro homónimo de Shaffer, utiliza métodos de análisis estadísticos y datos numéricos para estudiar fenómenos culturales y sociales, complementando o expandiendo la investigación etnográfica tradicional.
La visita del doctor David W. Shaffer se da como preámbulo al Congreso Internacional sobre Etnografía Cuantitativa que se celebrará por primera vez en México este año, en el mes de octubre, y que tendrá como sede a la UNAM.
JAIG