31 de mayo de 2023

Por el bien de la humanidad, urgente regular a desarrolladores de inteligencia artificial

Pablo Pruneda Gross

Por Luis Alberto Hernández

El ChatGPT y la nube consolidan una mancuerna para mejorar actividades laborales, escolares o recreativas en el “mundo digital”. ¿Qué información debe subirse a Internet y hasta dónde deberían llegar las capacidades de la inteligencia artificial (IA) para que se perpetúen como herramientas benéficas y no se conviertan en perjudiciales?

Estas preguntas dieron pie al debate y análisis en la sesión más reciente del Seminario Derecho digital y tecnologías disruptivas, donde la maestra Cristina Múzquiz Fragoso expuso que el nivel de confianza en las tecnologías se construye con base en la información que se tiene. En ese sentido, exhortó a leer las “letras chiquitas” en los contratos de adquisición o renta de una nube para conocer pros y contras, e implementar la que mejor se adapte a nuestras necesidades.

La titular de la Dirección de Docencia en Tecnologías de Información y Comunicación señaló que los tomadores de decisiones deben ser capacitados por abogados, tecnólogos y administrativos, con el fin de no subutilizar la nube. “¿Para qué pago una casa con ocho habitaciones si mi necesidad es de una habitación?”, ejemplificó. También recomendó la implementación de modelos híbridos, es decir, la combinación de nubes públicas y privadas.

Al hablar de IA, añadió que las fotos, ubicaciones y los datos biométricos que subimos a Internet se almacenan en las nubes de las aplicaciones que utilizamos día con día, por ello, insistió, es clave informarse sobre las capacidades de las nuevas tecnologías y determinar qué tanto queremos que la red conozca sobre nosotros.

Compartió que la DGTIC apoya la investigación y docencia en relación con la nube a través de 12 proyectos en colaboración con Amazon, un diplomado de cómputo de alto rendimiento para manejar nubes públicas, privadas e híbridas y, próximamente, con un diplomado de Cloud, así como un Seminario en IA.

El maestro Pablo Pruneda Gross, coordinador de la línea de investigación institucional en derecho e inteligencia artificial del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), expuso que en 2018 ocurrió una irrupción tecnológica con el surgimiento de mecanismos de reconocimiento de voz y reconocimiento facial.

Agregó que con ChatGPT4 (lanzado el 14 de marzo de 2023) se replantea el concepto de IA, ya que esta herramienta crea contenido a partir de lo que aprende de la big data. Esto se conoce como Deep Learning, una versión moderna del Machine Learning.

Compartió también que la versión 3.5, liberada en noviembre de 2022, fue tan impactante que al cabo de tres meses acumuló 100 millones de usuarios, un récord que Google logró en 10 años.

Si bien la IA sirve para lo que el especialista calificó como “las causas más venturosas de la humanidad”, advirtió que se desarrolla inteligencia artificial para la creación de sistemas de armamento autónomos, por lo que debe existir un regulador, ya que, en palabras del abogado las empresas argumentan: “No me voy a frenar si mi competencia no se frena”.

En ese orden de ideas, explicó que en nivel de importancia los tres bloques creadores de IA son Estados Unidos, China y la Unión Europea. Estos últimos son los más avanzados en regulación, pues desde el año 2021 discuten un proyecto de ley que se pausó con el surgimiento de la última versión de ChatGPT, al consolidarse como IA generativa, una nueva categoría que requiere más análisis. 

Para concluir su intervención, el maestro Pruneda compartió una cita del escritor estadounidense Ezra Klein: “Es mejor equivocarse por sobre regular, que por sub regular”.

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